Todos asociamos la Navidad con celebraciones en las que hay mucha comida…y también excesos y compromisos. De hecho, es fácil comer o beber más de la cuenta, a veces también alimentos que sabemos que no nos sientan bien. Y al día siguiente viene la factura…porque nos sentimos hinchados, bajos de energía e incluso culpables o arrepentidos.
Pero no tiene por qué ser así…las fiestas navideñas son un momento muy especial del año que puedes disfrutar, sin alterar tu equilibrio o sentir que has dado un paso atrás en tu compromiso con tu salud y tu cuidado personal.
Si sigues estos sencillos consejos, podrás disfrutar de una Navidad saludable a tu manera, sintiéndote bien en tu cuerpo, liger@, sin faltar a tus principios ni ganar kilos de más.
1. Pon Verduras y color en tus comidas
Las comidas navideñas suelen abusar de la proteína animal, los hidratos poco saludables (pan, harinas…), alcohol y dulces. Todos estos alimentos son indigestos y resultan acidificantes para nuestro organismo, haciendo más difícil mantener la homeostasis interna.
La forma más sencilla de equilibrar las comidas y alcalinizarlas es incluir verduras variadas, que son ricas en minerales y vitaminas que te ayudarán a digerir mejor. Además contienen fibra, que contribuirá a mantener un buen tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento. Si crees que las verduras son aburridas, te aseguro que puedes crear platos deliciosos jugando con sus texturas y colores.
- Empieza la comida con una buena ensalada, que te saciará y te ayudará a comer menos de los demás platos. Puedes combinar una hoja verde con verduras asadas, al vapor, algas, germinados…y añadir manzana, semillas o frutos secos troceados.
- Añade una crema de verduras en vasitos o cuencos, o un papillote de verduras asadas.
- Acompaña tus verduras con un aliño atractivo. Puedes incluir Tamari, Vinagre balsámico, Jengibre, Especias (Cúrcuma, Canela, Comino, Pimienta…) o Hierbas aromáticas (perejil, albahaca, orégano, cebollino, eneldo)…o bien utilizar un pesto o mayonesa de aguacate.
Las verduras son una buenísima alternativa a los apertivos clásicos, que te dejan ya tan llen@ que te impiden disfrutar del plato principal que viene después.
2. Sé creativ@.
Se pueden crear platos muy atractivos con ingredientes sencillos y un poco de creatividad. Añade toques especiales a tus platos y preséntalos de una forma diferente, que sorprenda a tus invitados.
- Utiliza hierbas aromáticas, coco rallado o semillas para decorar tus cremas y ensaladas. Puedes decorar tus ensaladas y cremas de verduras con estas Semillas caramelizadas.
- Haz canapés con calabacín en láminas como base, crackers de semillas o verduras deshidratadas. También puedes hacer rollitos de Calabacín u hoja de col rellenos de patés vegetales, setas, verduras con gambas…
- Utiliza una manga pastelera para servir tus patés de verduras (de boniato, setas, tomate seco…), para que tengan una presentación especial.
3. Ayuda a tu Sistema digestivo.
Además de las verduras, estos consejos te ayudarán a tener una buena digestión:
- Toma medio vasito de agua con zumo de limón y jengibre rallado, 15 minutos antes de comer.
- Evita beber muchos líquidos durante la comida, ya que diluyen los jugos gástricos.
- Incluye en los aperitivos chucrut o germinados, que te aportan enzimas y ayudan a la digestión.
- Cuidado con el pan…si lo comes, procura no pasarte y que sea un pan de masa madre de calidad.
4. Planea con antelación, para evitar sorpresas.
Si vas a comer en casa de otras personas y no estás segur@ de lo que te vas a encontrar, lleva tú un plato especial de casa. Es una ocasión perfecta para compartir con personas que tienen una alimentación diferente; ¡quizás te sorprenda el éxito que puede tener!. Después elige lo que sientas que te va mejor entre las opciones disponibles, procurando no mezclar demasiados alimentos.
Si eres el anfitrión/a, lo tienes más fácil. Solo tienes que planear con antelación el menú y tener claro de antemano qué quieres comer y qué no. Puedes hacer aperitivos y entrantes con verduras, aceitunas, algas, aguacate…y después un plato cocinado con una proteína de calidad: pescado, mariscos, pavo ecológico…o un timbal con tempeh de garbanzos, si prefieres proteína vegetal.
5. Establece acuerdos internos.
Antes de comer, haz tu propio acuerdo interior sobre qué vas a comer y qué no, y en qué cantidades. Procura ser coherente con tus principios, sin traicionarlos ni sentir que te estás privando. Si decides tomar solo 1-2 copas de vino y lo cumples, no tendrás nada que reprocharte y te sentirás en paz contigo mism@.
Si ya sabes que habrá cosas a las que te cuesta resistirte, decide si vas a hacer una excepción o no. Y sea lo que sea lo que decidas, disfrútalo al máximo…¡sin sentirte culpable!. La culpa y la vergüenza no sirven de nada…solo para generar estrés y malestar, que a su vez aumentan tus deseos de comer dulces.
Las celebraciones están para disfrutar y, por qué no, para ser indulgente si así lo sientes. Solo procura evitar los alimentos que no te sientan bien y tener moderación.
6. Cuidado con los Dulces y el Alcohol.
Es muy fácil arruinar una buena comida bebiendo demasiado alcohol o pasándote con los postres. Procura beber un vino tinto de calidad y evitar destilados o cerveza en exceso (su índice glucémico es mucho mayor que el del vino).
Elige dulces y postres saludables, hechos con ingredientes de calidad y el mínimo de endulzantes posible. Evita los dulces comerciales con azúcar, harinas refinadas y grasas adulteradas. Si preparas tu propio postre saludable, mejor que mejor. Tienes mil opciones: flan de frutas, manzanas asadas, turrón casero, trufas de chocolate, bolitas de coco y naranja, trufitas de frutos secos y dátil…).
7. Come de forma consciente.
Procura comer despacio, disfrutando de cada pequeño bocado y masticando bien. Piensa que el cerebro necesita al menos 30 minutos para sentir la sensación de saciedad. Si comes muy rápido, cuando quieras darte cuenta ya estarás muy llen@.
Pon tu atención no solo en la comida, sino también en la música, la compañía y el cariño que compartes con tus seres queridos. ¡Eso también nos nutre, y mucho!. Si lo haces, verás que necesitas menos de todo y que disfrutas más. Y si hay personas con las que no te sientes a gusto, procura sentarte al otro lado de la mesa y no permitas que alteren tu momento. Todos podemos convivir con respeto y comprensión.
8. Cuida tus comidas diarias.
Entre una celebración y otra, procura volver a tus hábitos cotidianos y haz comidas fáciles de digerir que contengan verduras abundantes.
También puedes alargar el ayuno por la mañana si tu cuerpo te lo pide, pero no te prives de comer solo para compensar los excesos del día anterior. Si tienes hambre y no comes, estarás generando una respuesta de estrés en tu cuerpo. Simplemente elige alimentos ligeros y saludables (verduras, frutas, huevo, pescado…) y para cuando te sientas satisfech@. Incluye una proteína de calidad, ya que es el macronutriente que más sacia, además de las grasas buenas. Ambas te ayudarán a mantener los antojos de dulces bajo control.
9. Mantente activ@.
Sal a pasear después de las comidas. Caminar ayuda a la digestión y contribuye a regular tus niveles de glucosa en sangre. En los días que no tengas celebraciones, procura salir al bosque, la playa…a oxigenarte y rodearte de verde. El contacto con la Naturaleza nos calma y armoniza nuestro sistema energético. Si no te es posible, también puedes hacer al menos 15 minutos de ejercicio en ayunas, antes de empezar tu día. Te ayudará a quemar el exceso de glucosa en sangre y a mantener tu metabolismo activo. A mi me encanta saltar en el trampolín, ¡es un ejercicio muy completo!.
Deseo de corazón que estos consejos te resulten útiles. Si quieres dejarme un comentario, estaré encantada de leerte. ¡Que tengas una Feliz Navidad y la disfrutes al máximo!.
P.D. Si quieres más ideas para tus fiestas, puedes visitar mi Blog de Recetas. Y para saber más sobre cómo elegir los alimentos más beneficiosos para ti y aprender a prepararlos para sacarles el máximo partido, te invito a visitar la página de mi Máster Online de Cocina natural y Alimentación consciente, en el que te lo cuento todo.
