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Verduras Solanaceas. ¿Son beneficiosas o perjudiciales?

Verduras Solanáceas: ¿son beneficiosas o perjudiciales?

La dosis hace el veneno.

Paracelso

¿Son realmente beneficiosas las verduras Solanáceas?. ¿Es saludable comerlas de forma habitual?. Como suele ocurrir con muchos alimentos reconocidos como saludables, la respuesta no es un sí o un no rotundo: depende de varios factores.

Lo que sí es seguro es estos vegetales despiertan mucha polémica, y con razón. En este artículo vamos a ver qué son, qué inconvenientes pueden tener (que quizás no conozcas), si son o no recomendables para ti y qué precauciones puedes tomar con ellas.

Qué son las Solanáceas

Las solanáceas son una gran familia de plantas, de las cuales solo algunas son comestibles. Las más habituales son Tomate, Berenjena, Patata y Pimientos de todos tipos y colores, incluyendo el Pimentón y la pimienta de Cayena. También pertenecen a esta familia las bayas de Goji, la Okra, la Ashwagandha y el Physalis.

Forman parte de la dieta habitual de muchas personas, especialmente en verano. Sin ellas no existirían el gazpacho, el salmorejo, la escalivada y otros platos que tanto gustan. Y lo cierto es que como cualquier otra verdura, son ricas en vitaminas, minerales y otras sustancias fitoquímicas beneficiosas. No tienen por qué causar problemas en personas sanas (si no abusan), pero sí tienen algunos inconvenientes que debes conocer si tienes sensibilidad/alergia a las solanáceas o padeces determinados problemas de salud.

Riesgos de las Solanáceas 

Los posibles efectos perjudiciales de las Solanáceas se deben principalmente a su contenido en estos 3 compuestos:

1. Calcitriol

Contienen niveles altos de Calcitriol, la forma más activa de la vitamina D, que se obtiene tras su activación por los riñones (no confundir con la D3). Esta poderosa hormona activa la absorción del Calcio de los alimentos por parte del intestino. Por esta razón su producción está muy controlada a nivel renal, para que sea la justa y necesaria. Ni más, ni menos.

Debido a su contenido en Calcitriol, un consumo excesivo de solanáceas nos puede llevar a un estado de Hipercalcemia. Si esto ocurre, para evitar males mayores nuestro cuerpo responde depositando el exceso de calcio en los tejidos blandos (tendones, ligamentos, cartílago, tejido cardiovascular, riñones y piel).

Si la hipercalcemia se vuelve crónica (lo que denominamos calcinosis), estos depósitos irán aumentando gradualmente con los años, produciendo inflamación y otros posibles problemas:

  • Dolor articular y/o muscular, rigidez.
  • Osteoartritis, debida a la formación de depósitos de calcio en las articulaciones (cartílagos, tendones y ligamentos).
  • Enfermedad coronaria, debida a la calcificación de los vasos sanguíneos.
  • Calcificación de los riñones.
Dolor articular
2. Solanina.

Es un glicoalcaloide rico en nitrógeno que se encuentra en las hojas, tallos, frutos y tubérculos. Tiene un efecto tóxico en animales y plantas. De hecho, las solanáceas la producen como fungicida e insecticida natural, ya que su sabor amargo evita que se las coman. Las que contienen mayores cantidades son patatas y berenjenas.

La Solanina es tóxica porque inhibe a la enzima acetilcolinesterasa, que degrada la acetilcolina, un neurotransmisor que regula la contracción y relajación muscular. Como consecuencia la contracción muscular se prolonga, produciendo espasmos musculares, debilidad, dolor y/o rigidez en muchas personas (especialmente al levantarse o después de varias horas sentadas).

También altera la membrana de las células del tracto digestivo, agravando los síntomas de colon irritable y pudiendo producir o agravar la permeabilidad intestinal y las enfermedades inflamatorias intestinales.

Por todo ello las solanáceas no son recomendables en personas con enfermedades autoinmunes, en los cuales el intestino no está saludable como para poder gestionarlas. También tiene el inconveniente de producir hiperactividad del sistema inmune, pudiendo agravar los procesos autoinmunes.

Aun así, cada persona responde de forma diferente y no podemos generalizar. Estos son algunos de los síntomas habituales de envenenamiento por Solanina:

  • Náuseas, gases, hinchazón, diarrea, vómitos, reflujo gastroesofágico.
  • Dificultad para respirar, hinchazón o ardor en la garganta.
  • Picor, erupciones cutáneas.
  • Dolor de cabeza, mareos, confusión.
  • Arritmias.
3. Histamina.

Se encuentra de forma natural en muchos alimentos y si tu intestino está saludable, la puede degradar sin problema alguno. Sin embargo, en personas que por diversas razones no logran degradar correctamente la histamina alimentaria, ésta tiende a acumularse produciendo diversos síntomas:

  • Rinitis, picor, estornudos, moqueo y congestión nasal, asma.
  • Diarrea, colon irritable, estreñimiento, gases e hinchazón, reflujo, náuseas, vómitos.
  • Enrojecimiento, dermatitis, eccema, picor.
  • Arritmias, taquicardias y presión arterial baja por vasodilatación.
  • Migrañas, ansiedad.
  • Dolor menstrual.
  • Fatiga.

En estos casos, es necesario iniciar un tratamiento y llevar una dieta baja en histamina y evitar las solanáceas, hasta que el problema de fondo quede resuelto y el intestino pueda volver a degradarla.

Quién debería evitar las Solanáceas 

Todas aquellas personas que muestren síntomas de sensibilidad a las solanáceas deberían evitarlas o tomarlas solo de forma ocasional. Para saber si es tu caso, lo más fácil es hacer una dieta de eliminación, retirándolas por completo durante al menos 4-6 semanas.

Si tus síntomas mejoran (o incluso desaparecen) pero vuelven al reintroducirlas en tu dieta, quiere decir que no son alimentos beneficiosos para ti (al menos, no de forma habitual).

En mi consulta suelo recomendar la dieta de eliminación cuando existen determinados síntomas o problemas de salud, en especial si no mejoran con ningún tratamiento que hayas probado hasta ahora. Vale la pena intentarlo, ¿no crees?. Si te encuentras en alguna de estas situaciones, no pierdes nada y puedes ganar mucho:

  • Reumatismo.
  • Osteoporosis y descalcificación.
  • Dolor articular, artritis o artritis reumatoide.
  • Dolor crónico que no responde a tratamientos naturales.
  • Problemas digestivos, permeabilidad intestinal. Colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
  • Enfermedades autoinmunes: lupus, tiroiditis de Hashimoto, esclerosis múltiple…
  • Intolerancia a la Histamina.
  • Insuficiencia renal u otros problemas renales.
  • Enfermedades neurodegenerativas.

En mujeres embarazadas, también es recomendable evitarlas o tomarlas con moderación.

Cómo minimizar sus efectos perjudiciales

En la mayoría de personas sanas, las solanáceas son un vegetal más y no tienen por qué dar problemas (si no se abusa, claro). Aún así, si vas a comerlas puedes tomar algunas precauciones que te permitirán disfrutarlas y a la vez minimizar sus posibles efectos perjudiciales.

  • Tómalas en pequeñas cantidades y solo 1 variedad por comida. Aquí el gazpacho quedaría fuera de juego, lo sé…si quieres tomarlo, procura no hacerlo cada día.
  • No las consumas en comidas consecutivas o durante varios días seguidos. Procura introducir más variedad con otras verduras y tubérculos (boniato, tupinambo, batata…).
  • Pela las Patatas, Pimientos y Berejenas (en la piel es donde se concentra la mayor cantidad de solanina).
  • Conserva las Patatas en un lugar oscuro y a temperatura ambiente. Cuando se exponen a la luz solar, se vuelven verdosas y su contenido en solanina es mucho mayor. Lo mismo ocurre cuando brotan. Desecha las patatas con zonas verdes, así como las que estén viejas o con brotes.
Patatas con brotes
  • Consume solanáceas solo en temporada (principalmente en verano) y siempre frutos madurados al sol y en su punto de maduración. ¡El sabor también será mucho mejor!.

Los Tomates y otras solanáceas que han madurado al sol contienen mucha menos solanina que los de invernadero, o los que se recogen inmaduros. Esto aplica también a los tomates recogidos verdes y mantenidos en cámaras, a pesar de su color rojo.

  • Cocínalas antes de consumir.

La cocción no elimina la Solanina por completo (a no ser que las frías), pero la reduce. Parte se disuelve en el agua de cocción (como al hervir patatas), pero también disminuye si las asamos o las cocinamos con sal o miso. Para la salsa de tomate, te recomiendo hacerla a fuego lento durante al menos 45 minutos, con aceite de oliva y sal. También puedes cocinar las solanáceas con grasas ricas en vitamina K2 (o incluirlas en tu dieta), ya que esta vitamina previene la calcificación de los tejidos blandos. Se encuentra en la mantequilla y la carne de pasto, el queso, el hígado y otras vísceras de animales sanos.

Por qué nos apetece tanto el Tomate

Hace años que observo que para muchas personas es difícil dejar de consumir tomate fuera de temporada, porque les apetece mucho. ¡Es una pasión, aunque en invierno no sepa a nada!. ¿Por qué será?. Siempre me lo he preguntad y encuentro 2 razones principales:

  • A muchas personas no les gusta (o no están acostumbradas) a comer verde, o no saben cómo preparar otras verduras de forma atractiva. El tomate es tan fácil y rápido…Cuando la dieta no es variada en vegetales, es una de las pocas verduras que se consumen a diario.
  • El consumo excesivo de carne y embutidos. Estos alimentos producen un exceso de calor en el hígado, que es aliviado por el efecto refrescante del tomate, que también ayuda a bajar la presión arterial en personas hipertensas.

 

Tomates

La solución si quieres reducir tu consumo de solanáceas es aumentar la variedad de alimentos vegetales que consumes: más verduras y frutas de temporada de diferentes colores y otros tubérculos que no sean patata.

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Bibliografía

  • Patel B and others. Potato glycoalkaloids adversely affect intestinal permeability and aggravate inflammatory bowel disease. Inflamm Bowel Dis. 2002 Sep;8(5):340-6. PubMed ID: 124796498.
  • Baker D and others. Lesions of potato sprout and extracted potato sprout alkaloid toxicity in Syrian hamsters. J Toxicol Clin Toxicol. 1987;25(3):199-208. PubMed ID: 3612898.